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Tras varios años saliendo con su novio erika descubre que le era infiel, destrozada por la ruptura y después de varias semanas encerrada en casa por fin se decide a aceptar la invitación de sus amigas para salir de copas y ahogar sus penas en alcohol.
A las pocas horas y tras varios vodkas por fin decide acercarse a hablar con un chico que lleva toda la noche mirándole, siempre había sido una chica tímida pero el alcohol y los ánimos de sus amigas le empujan a entablar conversación. El chico está muy interesado en ella y en media hora ambos están besándose apasionadamente.
Las amigas deciden dejar solos a los “tortolitos” y cambian de bar, dejando a erika con su nuevo amigo. El chico se empieza a poner más cariñoso e invita ala chica a que la acompañe a un hotel donde podrán estar más cómodos.
Montan en un taxi donde erika mareada por las copas y distraída por los besos y caricias del chico ni se da cuenta de donde le llevan. Ambos entran en la habitación de un mugriento hotel pero no parece molestarles la suciedad del lugar, están demasiado concentrados el uno en el otro.
El chico saca una pequeña petaca (una botella de licor) y le ofrece a erika la última copa mientras el se asea en el baño antes de intimar. erika emocionada por su éxito pega un trago, a los pocos segundos cae inconsciente, la bebida tenía algún tipo de droga…
Despierta varias horas después en una bañera llena de hielo, muerta de frío y con un fuerte dolor en la espalda. Aún medio drogada y con la cabeza a punto de explotar se da cuenta de que han dejado su teléfono móvil junto a un nota cerca de donde está tumbada.
“Llama a una ambulancia inmediatamente o morirás”
La chica asustado se levanta como malamente puede para observar horrorizada en el espejo que tiene dos enormes heridas en la espalda justo a la altura de los riñones.
Al llegar al hospital le confirman sus peores temores, una banda de traficantes de órganos le han extraído sus riñones, probablemente para venderlos a algún rico sin escrúpulos al que no le importe el origen de los mismo.
La chica a partir de ese momento tendrá que vivir permanentemente enchufada a una máquina de diálisis en el hospital hasta que, si tiene suerte, le encuentren un nuevo riñón y le puedan realizar un trasplante. |
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